lunes, abril 04, 2005

El Cine Español y sus Tormentos

El cine español no levanta cabeza. En el último año se ha producido un importante descenso del público que acude a las salas a ver cine español, para asombro de los actores y directores de nuestro país. Y es que nuestros creadores están atormentados por estos datos. Se quejan y se quejan; y señalan como responsables de este descenso a la piratería, el abuso de las distribuidoras, las traducciones de las películas filmadas en lenguas extranjeras, etc.

Pero la verdad es que nadie les ha dicho (o no han querido oir) lo que seguramente piensan muchos españoles de nuestro cine, y que posiblemente sea la verdadera razón del poco éxito que tiene. La mayoría de las películas españolas son malas. Sí, muy malas. Para matizar este punto yo diría que son películas, muchas veces, aburridas, carentes de interés por los temas tratados, mal dirigidas y, sobre todo, con malas interpretaciones. El público español está harto de ver, por ejemplo, el recurrente tema de la guerra civil. Un tema manido hasta la saciedad y que nos alegraría, por fín, que pasara a un segundo plano.
Por no hablar de las películas intimistas donde las interpretaciones de algunos papeles no están encomendados al actor apropiado. O quizás es que el director no consiguió sacar lo mejor de ese actor para conseguir un personaje creíble. Ahí está el problema: ¡casi ningún personaje de las películas españolas es creíble! Salvo honrosas excepciones de directores que intentan ir más allá, y logran hacer un cine más atractivo, mezclando técnicas interpretativas de otros países con las propias del cine español, consiguiendo así llenar las salas.

“Caracoles, caracoles!” o “actuamos diferente” pues sí, señores actores y actrices, y sí señores directores y directoras, claro que en España se actúa y se interpreta en el cine de diferente modo, es otra escuela, pero, según mi opinión, muy, muy mala. En resumen, que a los personajes no se los cree ni su padre.

Por otro lado, no parece beneficioso politizarse hasta el extremo que lo han hecho nuestros actores, actrices, directores y directoras. Cada persona tiene sus ideas y no es razonable imponérselas a otro. Además, según tengo entendido, el interés del gremio está precisamente en llegar a cuanto más público mejor, y no parece que esta politización ayude mucho. Precisamente por la variedad de público y, por ende, de ideas. Quizás no se les haya ocurrido pensar que: cine = ocio; no siendo plato de gusto estar viendo una película española y recordar a los actores de la misma más por sus apariciones públicas en actitud radical y beligerante, que por sus interpretaciones.

Así que no se engañen, ni traten de engañarnos con excusas fáciles, ni echen la culpa a otros factores, cuando en realidad el problema es suyo y la solución al mismo está en sus manos, si es que dicho problema tiene solución.