martes, enero 02, 2007

LA LOLA SE VA A LOS PUERTOS

Hale, todo está consumado, se acabó lo que se daba y aquí primero paz y después gloria. El señor Presidente del Gobierno de España tres días después de un atentado terrorista -no un atentado cualquiera, sino de un atentado cometido por los terroristas con los que estaba negociando pese a la disconformidad y protesta de millones de españoles, un atentado cometido apenas 12 horas después de que el propio Presidente dijera que todo iba de coña y que este año apenas estrenado iba a ser mucho mejor que el que acababa- se ha vuelto de vacaciones a Doñana, a darle por saco a los pobres linces -quizá a recoger las caquitas de estos felinos en peligro de extinción para desperdigarlas luego por las obras públicas de la Comunidad de Madrid-.

El Presidente, el mismo día del atentado, varias horas después -y ahora comentaremos este hecho que tiene miga- y con una carita que daba pena verla, con unas palabras que daban asquito de oírlas, con unos racionamientos capaces de sonrojar al más bragao, con unos silencios pornográficamente explícitos en lo que a la cobardía se refiere, hizo el Houdini, apareció, desapareció y hasta hoy, buenas noches y gracias por haber venido. Eso a su Solemnidad le parece suficiente. El atentado fue el día 30 de diciembre y el día 2 se vuelve de vacaciones a Doñana y sin haber vuelto a abrir el pico desde aquel día, aunque tampoco tengamos muchas ganas de oírle al menos si tenemos ganas de ver que se gana un poco el sueldo, aunque sea jorobándose y estando al pie del cañón que al fin y al cabo merecíamos una España mejor.

Todos recordamos el 11 de marzo y días posteriores; las innumerables apariciones de Acebes y Aznar, los berridos histéricos de la progresía "nacional" exigiendo la verdad -una verdad, dicho sea con toda la intención de avergonzar, hoy aún desconocida pero ya olvidada por las ratas progres merced a la victoria electoral, que era lo único que les importaba a muchos, dicho sea con toda la intención de avergonzar- y asaltando a los diputados del PP que "osaran" hacer su trabajo a pie de calle, asomar el bigote más allá del quicio de la puerta de su despacho.

Al Presidente del Gobierno socialista, y no nos hemos equivocado al escribir socialista en lugar de español, le importan TRES COJONES los dos súbditos ecuatorianos que aún no han aparecido y que muy probablemente, por razones obvias, estarán muertos. Muertos porque han sido asesinados por esa basura de gentuza con la que el Presidente ha estado negociando, a esos bastardos a los que les estuvieron lamiendo el culo durante más de dos años para que les dieran una tregua que llevarse a las encuestas, a esos hijos de la gran puta que han asesinado a más de mil personas en España, a esa banda de cabronazos que tiene tanto que ver en los atentados del 11 M como en la victorial electoral del insuficiente mental que tenemos por Presidente.

Volvemos al tema del retraso, no del intelectual de su Solemnidad, sino al retraso de su comparecencia el día 30 de diciembre ante los medios para explicar sus teorías físico-cuántico-teológicas sobre la cuadratura del círculo y la licuación de la sangre de los santos. En unas horas en el Diario Independiente de la Mañana podremos leer que al asesino con el que el PSOE ha estado negociando la rendición -el "Proceso de paz" para los paletos la propia banda le recortó los poderes y ¡ojo! que como se puede leer en El Confidencial su Solemnidad en lugar de comparecer a toda leche tras el atentado se puso a jugar a las telefonistas y llamó a un asesino, buscado por la justicia española, Josu Ternera, para preguntarle qué puñetas había pasado que le habían dejado con el culete al aire. Así hace un Presidente. Ya estamos viendo a Franklin Delano Roosevelt llamando al Emperador de Japón antes de aparecer en el Congreso de los EEUU decir aquello de "una fecha que pevivirá en la infamia" y declararle la guerra a los japoneses.

Con Josu Ternera sí ha tenido tiempo de hablar, pero a los familiares de los pobres ecuatorianos, más que presumiblemente muertos, que les den morcilla. Y no lo decimos nosotros, se han quejado los propios familiares de la delicadeza de nuestro Gobierno.

Pero como siempre, para el otro Aristóteles del PSOE, la culpa es del PP.
Con dos cojones.