sábado, mayo 21, 2005

LOS DOS MIERDAS

El amigo de la botella, no la esposa de don José María, y el amigo de la ETA, se han ido a pasear su estulticia por tierras lejanamente próximas, para sonrojo de los españoles, porque, aunque ellos no se consideren españoles, son españoles, y los extranjeros, concretamente y en este caso, los israelitas, los consideran españoles como muy bien demostraron el jueves al poner la bandera nacional de España junto a la de Israel.
Estos dos paletos han viajado, se suponía, a homenajear a un gran hombre, Isaac Rabin, pero para vergüenza de las personas de bien y para indignación de los cristianos, se han dado un homenaje de mierda.

Hay que tener el cerebro embotado para ir a un país como Israel, siendo amigo de terroristas, y ofrecer un espectáculo tan lamentable como el que estos dos idiotas han dado allí.

Image hosted by Photobucket.com Esta foto de José Luis y Pascual haciendo "gracietas" con la corona de espinas, es algo que no sólo irrita a los cristianos, sino que a los judíos tampoco les hace, a buen seguro, ninguna gracia. Es un insulto para una religión y unos creyentes. Algunos millones de cristianos hay en el mundo, más que catalentes, seguro, y no vamos escupiendo en la bandera autonómica catalana, y mucho menos en público haciéndonos fotos. Y el que lo haga, es tan imbécil como estos dos retrasados mentales.

Desde, y pese, a mi moral cristiana, no voy a hablar religiosamente del acto, calificándolo de herejía o pecado, porque, al contrario que ellos, yo respeto a los demás y, entre otras cosas, respeto el hecho de que ellos no sean creyentes y que por tanto las herejías y los pecados se las pasen por el fondo del vaso. Allá ellos con su moral y con Dios se entiendan el día de mañana, que yo no soy nadie para juzgarlos en ese terreno, pero desde la educación, la ética y la correción, aunque sólo sea política, el nombre de estos dos estúpidos es, simple y llanamente, el de anormales.
Anormales por ofender a millones de personas, anormales por dar esa imagen de Cataluña, a la que se supone que representan, y anormales por cabrear a sus anfitriones.

No sólo se han mofado de los cristianos, parodiando a Cristo, sino que han levantado una polvareda y una serie de quejas y protestas, por parte del Gobierno israelita que, como español me sonrojan. Han ido allí a hacer el memo, han ido allí a "representar" a Cataluña, pero nos representan a todos los españoles, les guste o no, y lo que no podría entender es que un catalán, de los que les ha votado, estuviera contento con la pantomima y el teatrillo cutre que han llevado a cabo allí.

La pataleta de José Luis por la bandera , cuando se fue del homenaje a Rabin en Tel Aviv, no tiene parangón en las pataletas internacionales, ni cuando Kruschev se quitó el zapato en la ONU y le atizó a la mesa hubo tanta pataleta, fue más bien zapatazo, pero en cualquier caso no fue tan ridículo.

Para Israel, Cataluña no existe. Es como si viene el Gobernador de Illinois a España, pues mire usted José Luis, pese a que Illinois es más importante y famoso que Cataluña, pues aún así, la bandera que se pone es la Estados Unidos.
Ya sabemos que para José Luis y Pascual, Cataluña fue lo primero que hizo Dios en el día uno de la Creación. De Cataluña, que flotaba en el espacio, Dios amasó el resto del orbe y aun algunas estrellas, y quizá constelaciones, pero miren que para el resto de las personas del mundo, para la gente normal, las cosas no son así.
Para los israelitas tampoco. Para ellos sí es importante y conocida España, porque es una nación y porque en Israel aún quedan descendientes de judíos serfardíes, que hablan en casa, y ámbitos reducidos, el sefardí o judeoespañol.

Lo siento José Luis, lo siento Pascual, pero aún en Israel, y el mundo entero -pese a los intentos del tercer miembro del trío de los idiotas, su amiguito el presidente Zapatero- España sigue siendo muchísmo más importante que Cataluña, en parte gracias a la propia Cataluña, y el español sigue siendo muchísimo más importante que el catalán, en parte gracias al propio catalán, y la bandera de España es muchísmo más conocida y muchísmo más representativa que la de Cataluña.