lunes, mayo 09, 2005

Zapatero, el amante fraternal

Son tropecientos los gestos del Presidente desde que gobierna, perdón, desde que manda, porque de gobernar ni idea. Presidente Zapatero, gobernar es dirigir.

A ver, el capitán gobierna el barco y aunque prefiere a los oficiales y suboficiales, con los que le unen los galones y la camaradería, sabe que para que el buque flote, para que no vaya a la deriva, para que el combate no sea un desastre, para aprovechar el viento, etc., tiene que gobernar para toda la tripulación. No puede darle sólo ron a los oficiales, también a los grumetes, los carpinteros, los cañoneros, los fusileros, los gavieros y hasta el que pasa el trapo por la cubierta. Un capitán es un líder, pero un líder para todos. En benefico de la navegación del barco.

Los gestos del presidente, eso sí, son para todos, la oficialidad y la purrela maloliente, pero a unos les da ron y a otros latigazos.

Ayer el señor Presidente estuvo en un campo de concentración nazi de Austria, en Mauthausen, un lugar de horror y exterminio, un sitio que debe seguir en pie para que los hombres no olviden a Hitler, ni a Plauto "el hombre es un lobo para el hombre".
Allí el Presidente Zapatero volvió a demostrar que para él existen dos clases de personas, los buenos, los suyos, y los malos, los otros.
Los nazis eran los malos, claro, porque Zapatero en aras de su "alianza de civilizaciones" transladó su política interior al campo internacional. En Mauthausen homenajeó a los republicanos que tuvieron la desgracia de haber sido secuestrados y recluídos allí, a los 5.000 que exterminaron en ese campo y a los 2.000 que, gracias a Dios, salieron de allí vivos. Hasta ahí me parece todo correcto y loable, pero me parece incultura o sectarismo leerle cosas como ésta:

"Os dejaron sin patria injustamente; una patria es sólo un país con justicia y con libertad y esa justicia y libertad es la que está en las banderas, en los lemas y en los eslóganes que habéis defendido, y esa justicia es la que hace hoy una España democrática, libre y de futuro".

No puedo dejar de pensar qué tipo de cultura tiene, o qué tipo de persona es el Presidente. Resulta que la bandera que defendieron los republicanos, y que ayer por cierto le acompañó en el homenaje (junto a la anticonstitucional independentista catalana), es la misma que exhibieron los correligionarios de los homenajeados, y a saber cuántos de éstos también, para robar, perseguir, torturar, secuestrar, asesinar y exterminar religiosos y seglares de la Iglesia Católica, monárquicos, burgueses, aristócratas y gente de derechas en España, o sea, lo mismo que hicieron los nazis con los judíos, y otras etnias y creencias, pero a menor escala y sin tanta sofisticación.

La faena la remata el señor presidente con una estocada en todo lo alto y hasta la bola:

"Nunca más la opción totalitaria, nunca más el horror, nunca más el crimen por el crimen, nunca más la guerra de la locura, nunca más el fascismo, nunca más el nazismo".

Todo un arte en escurrir el bulto, un ejemplo de capear, de dividir y de dejar a los comunistas sin el "honor" de ser totalitaristas.

Hoy ha ido a Moscú, no creo que allí comentan la imprudencia de soltarle un micrófono en los actos oficales, pero a ver si cuando se acerque a la prensa española, con talante, le dialoga que nunca más al comunismo, al de Katyn, al de Berlín en 1945 y al de Paracuellos del Jarama.

Me temo que no, porque los de Katyn, los de Berlín y los de Paracuellos son los buenos.