lunes, diciembre 12, 2005

DURA LEX, SED LEX

Este latinajo, aclaramos por si lee algún logsero o algún Ministro cuotero, quiere decir que una ley es dura, pero que es ley, o sea, que hay que cumplirla, que para eso está. Eso es lo que pensábamos todos, pues oigan… ¡No!, estábamos equivocados porque si alguien decide pasarse la ley por donde rima está en su nuevo perfecto derecho. Ni Unamuno caería en estas paradojas que nos depara el progresismo español.

Sobre el caso Oleguer, y las especulaciones de la última semana y media, dice el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky:

"Oleguer acudirá, pero si no lo hace no pasa nada. No le ponemos la pistola en el pecho a nadie. Cada uno está en su perfecto derecho de hacer lo que le parezca conveniente, pero si hay alguien que no quiera jugar con España, España no le necesita […] lo que contempla es que hay una obligación de ir cuando te llama la selección española, pero cuando se hizo esta Ley se pensaba en el hecho de que no hubiera clubes que se pudieran beneficiar de esto".

Pues hale, españoles, ya saben que si no quieren pagar impuestos, porque no les llega a ustedes a fin de mes, salvo que les den un “Montillita” en La Caixa, pueden decir en el mercado que no le pagan el IVA.

Nos preguntamos sobre el caso Roberto Heras, por ejemplo. Si Heras acude a pedir amparo a la Federación Española de Ciclismo, que depende de la Secretaría de Estado ¿va a conmover el corazoncito de don Jaime y va éste a permitir que alguien inhabilitado por dopaje, y no entramos en su inocencia o no, compita en carreras nacionales?

Ese gran filósofo que era Sócrates, maestro de Platón, quien fue maestro de Aristóteles, maestro es último de Alejandro Magno -indicamos este árbol “genealógico-docente” por si algún enfermo de la LOGSE pasa por aquí, para que entienda las dimensiones de la cuestión, que hablamos, señores, de los maestros de Colin Farell-; pues bien Sócrates, decíamos, fue condenado injustamente a beber la cicuta por corromper, decían sus detractores, a la juventud. Sócrates y sus alumnos sabían de la injusticia y arbitrariedad de la sentencia, de la falacia acusatoria, pero el filósofo dio una última lección, no mayéutica, sino magistral, fue una clase práctica en toda regla, una predicación ejemplar y tomó el veneno. Había enseñado a sus alumnos a respetar la ley. Ellos mejor que nadie comprenderían qué era la ley con esta acción.

Aquí, para el progresismo nacional, se ve que la ley puede ser algo más que maquiavélico. Es necesario ver si el fin justifica los medios, pero antes hay que ver si el fin es afín.
Veamos ¿está Jaime Lissavetzky lobotomizado por el Estatuto? Los españoles que ya no quieran ser españoles ¿están habilitados por el Gobierno para incumplir las leyes? ¿Es esto un preludio, con carácter deportivo, de lo que nos espera a los españoles con carácter político? ¿Responde esta acción “lissavetzkyana” a un pacto?, ¿al pacto de Tinell quizá?, o ¿bien a otro pacto nuevo y aún desconocido?

Las cuestiones no son baladíes, es una cosa seria, pues además no es una sola la ley que, no es que incumplan, sino incitan desde el Gobierno, y el partido democrático que lo detenta, a incumplir. Recordemos el 13 de marzo, recordemos el acoso a Trillo en el Congreso, recordemos lo que comentábamos aquí mismo ayer sobre las filtraciones del CNI a propósito del Ejército e Iraq, y por último recordemos la condonación por parte de La Caixa del pago de los intereses de un crédito al PSC.
Sobre este particular diremos que la ley lo prohibe, como es natural, entendamos que se perjudica con esta acción a los impositores de La Caixa y aún peor, recordemos el carácter social de la cajas. Pues bien, desde el PSOE, que se supone que socialista, se han distraido 6 millones de € que podrían ir destinados a obras sociales. Que nadie se alarme, es que en el PSOE no son socialistas, son progresistas, otra cosa es que el pueblo confunda quién es el usufructuario del progreso.

Terminando. Por si alguien tenía la desazón, si alguien no durmió anoche pensando en que haría hoy Oleguer Pressas, si acudiría o no a la cita con la selección, duerma la siesta, descanse tranquilo y sin congoja, no se aflija, pues, por si la enmienda Lissavetzky fallaba, como buen patriota catalán, Oleguer, como persona perteneciente a una realidad nacional propia, con una identidad propia, sí ha acudido a su llamada a la Selección Española. Y es que “la pela es la pela”.