jueves, febrero 02, 2006

"ESTÁ USTED DIMITIDO"

Por si no había quedado claro el Fiscal General del Estado no actúa contra los delincuentes, muy al contrario machaca a sus colegas, esto, algo propio de “trepas”, en el caso de don Cándido no lo es, entiéndase que ya está en la cumbre y que, además, los trepas disparan contra todo lo que se menea, y el señor Conde-Pumpido, como buen progresista, sólo dispara contra quien le molesta, contra quien puede desbaratarle algo, por muy legal que sea lo que el desbaratador esté haciendo y muy ilegal -y se nos ocurre la prevaricación, por ejemplo,- sea lo que hace el progresista, que dicho sea de paso viene a ser la ocupación de éstos durante unas 23 horas diarias.

Precisamente, y repugnantemente, desde esa posición de superioridad, como la caballería descargando el sable, es desde donde ha ejercido todo el despotismo que llevan dentro los de su calaña, o sea, los de su partido. Recordemos que el cargo de Fiscal General del Estado es público y lo otorga ad digitum el Presidente del Gobierno, recordemos, ya que estamos, que el Presidente y el FGE están conchabados y que ambos se negaron a actuar contra el PCTV pese al “informazo” de 90 folios de la Guardia Civil que revelaba, no conexiones, no, no similitudes, tampoco, sino una metáfora, el PCTV es Batasuna, es decir, ETA. Y la Guardia Civil no lo decía porque sí, porque no tenía otra cosa que decir, ni porque hubiera consultado a la bruja Lola, ni porque lo hubiera leído en EL PAÍS, sino porque habían investigado y tenían pruebas, ¡craso error!, beneméritos, para nuestro solemne Presidente todas las pruebas que prueban –y lo ponemos con toda la intención- un caso, son coincidencias. Esto se lo enseñó Telesforo Rubio en una tarde en Gobelas –qué nombre para una película subvencionada-, no sabemos si entre humo de cigarrillos, lo mismo que don Jordi Sevilla, catalán de los Sevilla de toda la vida, le enseñó economía en dos. Está claro, pues, que la culpa de que nuestro inteligentísimo Presidente sea el peor Presidente de la historia de cualquier democracia, no radica en su ineptitud para aprender, sino en su incapacidad para escoger a quien le enseñe.

Así pues al FGE parece que le ha fastidiado que el fiscal jefe de la Audiencia nacional, don Eduardo Fungairiño, discrepe de sus pareceres y que haya dedicado media vida a luchar –legalmente, que no ile-gal-mente- contra el terrorismo, y aún peor, que siga empeñado el tío pesado en seguir queriendo procesar a los asesinos etarras ¡habráse visto!
Por eso, ayer, el FGE, un señor que se supone no debe mentir, hizo firmar a Fungairiño el molesto un papel en el que éste declaraba dimitir por causas personales. Hasta EL PAÍS -algo huele a podrido en Gran Vía 32- ha revelado que no hubo dimisión, sino imposición, así que el FGE ha tenido que reconocerlo y ha cantado como uno de los chicos del coro pillado in fraganti con los dedos pringados de mermelada. La culpa, naturalmente, es toda del señor Fungairiño, que era un ser perverso que quería enchironar a los terroristas.

El trino cacofónico de Cándido no es más que otra prueba -esas cosas que a nuestro solemne Presidente le parecen casualidades- de que estos señores han tomado España como su cortijo, acampan donde quieren y hacen lo que les da la gana. Si lo denuncia uno es un fascista, si protesta, un fascista y un crispador, si vas a un medio de comunicación, un fascista crispador que injuria y difama y el medio un mentiroso, y hasta crean un organismo oficial pagado por todos para cerrarlo.

Cómo será la trayectoria del “dimitido” Fungairiño que sus compañeros de la Audiencia le han hecho un homenaje al día siguiente, cómo será que los partidos radicales e independentistas, los que se codean con los asesinos y los justifican -y vayan a saber qué más- aplauden, jalean y se congratulan, cómo será que esa entidad moralmente superior y de la que tanto tenemos que aprender, la AVT, le va a hacer un homenaje, claro que la AVT, para nuestros progresistas, es un conciliábulo de carcas retrógrados procedentes de la derecha más reaccionaria, y mientras, ellos van mendigando una tregua con los asesinos para ponerse una medalla, otra, se inventan una normalidad anormalmente explosiva y negocian con los terroristas, permiten actos públicos, declaraciones públicas, les doran la píldora, los tratan como a pachás y ahora, señor Presidente, se han cargado a este señor ¿producto de la cómo se está desarrollando la novela?, o ¿cómo prólogo?

Nuestros progresistas hasta dicen que se puede aprender cosas de los asesinos. Entérense ustedes, se pueden aprender cosas de los etarras, sí, ¡ojo!, pero nuestro solemne Presidente, ese cráneo privilegiado, declaró que “
nada me ha enseñado la derecha”.
Mire usted señor Presidente, eso le pasa porque es usted un ceporro, porque de todo en esta vida se aprende y de lo que no gusta, más. Observe las ratas de Skinner –si es que sabe qué puñetas es eso-, observe que no les gustaban los calambrazos y que pronto aprendían.
Fíjese lo que estamos aprendiendo nosotros con ustedes, al menos gran parte del pueblo. Sólo cabe desear que en el PP, para cuando vuelva, también hayan aprendido de aquellos días oscuros, y los precedentes, y después de sacar a toda la morralla troyana que dejan ustedes por todas partes, pasen el lanzallamas y el Zotal para desinfectar.


Y el primero el valiente Fiscal General del Estado.