viernes, abril 27, 2007

IZQUIERA UNIDA TAMBIÉN EN ITALIA

Cuando se trata de tocarle la moral al personal a la izquierda se la refanfinfla todo. Da igual el evento, el acto, el motivo; da igual ser de centro-izquierda, de izquierdas, o de extrema izquierda... El caso es tocar las pelotas, fastidiar al otro, hacer mucho ruido, insultar, pedir cosas absurdas, solidarizarse con los criminales y pedir su libertad -si son de los suyos, claro- y disparar la palabra "fascista" contra todo aquél que no esté con ellos, no opine como ellos o no aplauda y vitoree sus "cosillas". Esas pequeñas "cosillas" que tiene la izquierda en todo el mundo. "Cosillas" que elevan la máxima maquiavélica a la enésima potencia, la izquierdísima potencia.

El día 25 de abril -Fiesta Nacional de Italia, que se celebra cada año con motivo de la Liberación de la ocupación nazi- hubo una manifestación en Milán. La izquierda protestaba porque Silvio Berlusconi no acudiría a la manifestación. Berlusconi será muchas cosas, pero de tonto no tiene un pelo -pese a los trasplantes- y ni quería ser el pimpampum de la carroña izquierdista que iba a inundar ese miércoles las calles de la capital lombarda, ni quería colaborar en la manipulación histórica, menos aun con aquellos que han buscado asesinarlo.

La fiesta de la Liberación se convierte en una excusa de las izquierdas, sobre todo las más radicales, para dar rienda suelta a sus actos, mostrarse como son, simplemente. No es suficiente silbar y abuchear a Letizia Moratti -la alcaldesa de Milán, de Forza Italia, el partido de Berlusconi- sino que hay que gritar, mientras lee su discurso, "¡fascista, fascista, fascista!", y por si eso no se oye bien en la tele llevar pancartas donde se pueda leer "Ayer los fascistas, hoy la Moratti". No es suficiente insultar e injuriar a los políticos de la derecha, también hay que decidir quien tiene o no la palabra; "Nessun diritto di parola per chi riabilita il fascismo" (Ningún derecho a la palabra para quien rehabilita el fascismo), o sea, el Comunismo -extremismo liberticida donde los haya- sí tiene derecho a hablar, los demás no. Por supuesto, como ocurre en España -y es que al fin y al cabo somos casi primos-, también hay que solidarizarse con los terroristas, por eso los chavales de las Brigadas Rojas llevaban pancartas reivindicando la libertad de los detenidos en el mes de febrero en la Universidad Estatal de Milán que tenían planeado asesinar a cuatro personas, entre llas Silvio Berlusconi y un profesor de la propia Universidad -no se sabe aun si por faccioso o por mal profesor-. ¡Coño!, para uno que hay de derechas y se lo quieren ventilar. El lema coreado para defender la integridad moral de los terroristas rojos era: ''I nostri compagni non sono terroristi ma sono partigiani e sempre comunisti" (Nuestros compañeros no son terroristas sino partisanos y siempre comunistas). Cojonudo, algunos de ellos son chavales de apenas 20 años, chavales convertidos en partisanos, la resistencia de izquierdas contra Mussolini e Hitler.

Esos veinteañeros son los mismos mastuerzos que protestan contra los americanos y sus bases, los connacionales de aquellos que se desangraron en Montecassino o Anzio para que estos botarates hoy puedan celebrar esa liberación.

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