jueves, abril 19, 2007

NO ESTABA MUERTO, ESTABA DE PARRANDA

Nos revela el diario El País una magnífica noticia: "El preso de ETA Iñaki de Juana Chaos ya sale a la calle tras abandonar el 1 de marzo la huelga de hambre. Y lo hace en coche particular". Precioso. Sus 25 víctimas no pueden hacerlo, pero que nadie se preocupe que el bueno de Iñaki se das sus paseítos bajo supervisión de Instituciones Penitenciarias y del juez central de Vigilancia Penitenciaria y con la "protección" de la Ertzaintza, que debe "preservar la integridad del interno". Es lo más lógico en un Estado de Derecho. El asesino de 25 personas, el mismo que se alimenta de los asesinatos de sus colegas, el que escribe cartas y artículos pidiendo más dureza y jaleando el terrorismo sea custodiado para proteger su integridad física. No sería en absoluto razonable que lo hiciera de aquella forma para salvaguardar la integridad del pueblo, de las personas que pudieran tener la desgracia de toparse con él en la cola del pan o sobre la acera mientras desciende del coche particular.

A El Diario Independiente de la Mañana todo le parece de lo más normal y continúa diciendo que "No es extraño que el interno, tras las sesiones terapéuticas autorizadas por la gerencia del Hospital de Donostia y por el equipo médico, y supervisadas por el juez de Vigilancia Penitenciaria, realice compras u otro tipo de actos no relacionados con el tratamiento médico. El etarra ha sido atendido fuera del hospital por un oftalmólogo y un homeópata". Coñe, y es que hay mucho tiquismiquis. ¿A quién le puede parecer anormal que un terrorista que ha hecho una huelga de hambre para chantajear al Gobierno salga a la calle de compras o a hacer otras cosas? De verdad que hay gente que se preocupa por todo. Además recordemos que de Juana estaba en un hospital, es evidente que sea atendido fuera, quizá en una armería o en una Herriko Taberna, por un homeópata y un oftalmólogo, pues encontrar a estos profesionales e un hospital, o trasladarlos allí, es harto complicado.

Ahora sabemos que:
Este régimen más liviano ya se pronosticaba de alguna manera en la resolución del Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria del 1 de marzo. Se afirmaba en ella que "las graves razones de salud antes aducidas [las que pusieron al borde de la muerte a De Juana, entre otras los riesgos de "fallo cardíaco", los problemas de médula ósea y su gravedad en general] y la consecuente ausencia del riesgo de fuga, determinan que los controles de seguridad mencionados no contemplen el régimen de custodia hospitalaria de un penado por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ya que, en caso contrario, se hubiese determinado una clasificación penitenciaria distinta de la realizada" por la Junta de Tratamiento de la prisión donde estaba recluido por el juez central de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro.

De lo que se deduce que para obtener ventajas penitenciarias basta con haber asesinado a 25 personas, formar parte de un grupo terrorista, hacer apología del terrorismo, alimentarse de las matanzas que llevan a cabo los compañeros, pedir langostinos y champán para celebrar el asesinato de alguien y chantajear al Gobierno haciendo una huelga de hambre -algo, recordemos, voluntario- para en el peor de los casos ser trasladado a las Vascongadas donde ahora goza de estos beneficios que sus víctimas perdieron, junto con su vida, hace varios años.

Todo le parece normal y razonable al diario El País. Al fin y al cabo es el brazo escrito del partido del Gobierno que ha cedido al chantaje del terrorista.

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