MONTESQUIEU HA RESUCITADO

Todos recordamos a Alfonso Guerra, el "hemmano de mi hemmano", diciendo que Montesquieu había muerto, coñe... si lo sabría él que era el Vicepresidente cuando los socialistas lo mataron. Pues ahora un señor que fue candidato como "número 2" por Madrid con el que fue Presidente de los asesinos de Montesquieu lo ha resucitado. El espíritu de la división de poderes se vuelve a respetar en España. Veamos, tenemos una tarta, lo que los paletos llaman el Estado español, y se coge y se divide, a saber: el ejecutivo, o sea, el que manda detener ilegalmente a los afiliados de otro partido; el legislativo, esto es, el que hace leyes a conveniencia para sí y sus aliados (bacterias "naciosaprofitas") de manera que puedan perpetuarse en el poder y por último el judicial, aquél que ya se cargó en su día al juez Gómez de Liaño y el que se decide, en complicidad con el Fiscal General del Estado, a no actuar contra los partidos -más bien partidas- "políticos" que ni condenan el terrorismo, ni dejan de trabajar para que éste siga existiendo.

Ahora el juez Baltasar Garzón se nos cae del guindo -después de un atentado con dos muertos hace casi un año, después de miles de cartas de extorsión a los empresarios vascos y navarros, después de decenas de robos de armas y material para seguir cometiendo atentados, después de los descubrimientos de la Policía y la Guardia Civil, de sus informes, de su incautación de explosivos, después de todos los avisos llegados desde Francia sobre el rearme de los etarras, etc.- y ve relación de pertenencia entre los batasunos y ETA. Todo esto se produce por la "ruptura de puentes" entre el Gobierno y los terroristas, se produce por la ruptura en junio del alto el fuego, o sea, el señor Garzón se decide actuar contra los terroristas porque recibe la confirmación del Gobierno de las intenciones de permanencia de los batasunos como parte "política" de la banda terrorista y de los propios terroristas de sus intenciones. Así pues podríamos esperar -si estuviera entre las competencias de la Audiencia Nacional- que el juez Garzón ante un caso de violación no actuaría contra el violador si éste dijera que se arrepiente o que no lo va a hacer más o simplemente que él no ha sido. Las pruebas se las pasa por el forro de su magistrada túnica, lo que cuentan son las palabras.

A mí me parece que esto es prevaricación, esto es, tener conocimiento de que se ha cometido, o se está cometiendo, un delito y no actuar por ciertas razones, y saber, de hecho, que no se actúa por esas razones, que es donde radica la propia prevaricación.

Mejor estaba Montesquieu muerto que resucitado, porque traerlo desde ultratumba para pegarle dos tiros me parece una felonía.