jueves, octubre 27, 2005

MI CAAAAAAASAAAAA

No da una la ministra de Vivienda, como no sabe cómo justificar su sueldo y su despacho de no sé cuántos metros cuadrados, de vez en cuando dice alguna cosa de esas que ponen los pelos de punta.

Esta señora es una frankenstein ministerial, es un ad hoc, un experimento para engañar al pueblo y es, además, un bote de humo inagotable, cada vez que pasa algo gordo (todos los meses prácticamente), la plantan delante de un micrófono, como el día sólo tiene 24 horas, en el Gobierno se deben de pensar que no hay tiempo para comentar todas las mejores jugadas que nos proporcionan cada jornada.
El suyo es el Ministerio más rentable del Gobierno de Zapatero por dos cosas:

A) Es mujer, perfecto para cumplir la paridad, sólo la ministerial ¡ojo!, porque en este Gobierno los secretarios superan a las secretarias, los directores a las directoras, los vices a las vices, etc. Así se cumple un poquito del programa electoral, que cambiarlo todo entero no puede ser.

B) Es la figura creada para cumplir con el plan de la vivienda del que se presume en el programa electoral ¿qué mejor manera de demostrarle al pueblo la indiscutible intención de mejorar España en materia de vivienda que crear un Ministerio con ese nombre?

Pues ahí lo llevas, dos promesas cumplidas en una.

Otra cosa es que el Gobierno tenga intención de gobernar, otra cosa es que el Gobierno sepa gobernar y otra cosa es que el Gobierno, antes del 11M, cuando era oposición, creyera que iba a gobernar.

Es obvio que la Ministra Trujillo, “la bien pagá”, porque de verdad que, aunque no diga más que barbaridades, con todos los palos que le dan -hasta desde PRISA le han pegado algún repasito- tiene el sueldo bien ganado, con el sudor de su frente; no sabe de la vivienda más que cualquier español. Todos la queremos grande, luminosa, bien situada y bien decorada.

Ella en realidad piensa que los jóvenes queremos vivir en pisos de 30 metros cuadrados, y que nos da igual una vivienda digna, como decía el programa electoral, que una actuación (hombre, si es de U2 se puede negociar), que una solución habitacional, que... Ya no sé qué más ocurrencias ha tenido doña María Antonia, hasta el día de hoy, claro, porque como no saben gobernar, como usaron el tema de la vivienda para hacer demagogia, para atacar al Gobierno del PP, como mintieron a los españoles porque dijeron que lo iban a solucionar, sin saber cómo, porque no saben, pues algo hay que hacer. Así que quieren obligar a los españoles a ocupar sus casas vacías, o a alquilarlas, so pena, incluso, de expropiación. Vamos, que ya me veo a media España yéndose a vivir a Torremolinos, a Chipiona, o a Salou, porque se quedan sin su segunda vivienda o sin la casa del verano, y la otra mitad porque ha encontrado por allí un alquiler baratito de unos que no pueden ir a ocuparla.

Que usted trabaja en Vigo pero alquila una vivienda en Denia, pues oiga, con lo baratita que está la gasolina y lo bien preparada que está España, vamos, que nieva en Navidad y no se atasca ni la M-30, que estamos mejor preparados que EEUU para un huracán como el Katrina, que Madrid, por ejemplo, se desaloja como el Bernabéu; nada hombre, coja usted el coche y vaya y venga todos los días, Vigo-Denia, Denia-Vigo y por el camino, como Kiko Veneno, yo me entretengo. Y de paso dejas a los niños en el cole y compras el pan, Manolo, que hoy la comida es de unte.

Resulta que si no puedes irte, o no quieres, y no quieres alquilarla, porque es tu casa, ¡caramba!, puede el Gobierno Autonómico, porque el marrón nacido en Cataluña, cómo no, y exigido al Gobierno nacional, al final se lo endosan a terceros; crear una lista, para lo cual se puede servir de revisar los buzones o de, como en tiempos de la Inquisición, el vecino chivato.

Toda la vida ahorrando, hasta las orejas con las hipotecas y te roban la casa. Invirtiendo en ladrillo los particulares, familias en las que trabajan los dos cóyuges, apretándose el cinturón para poder tener una inversión inmobiliaria, un colchón, o un caprichito, estado del bienestar se llama, y ahora llega la "Señá" Trujillo y como el Katrina se lleva tu casa.

Ayer, y en una comparecencia en la que no se admitieron preguntas, apareció la Ministra Trujillo para negar el capítulo de las expropiaciones. Vamos que se ha pensado que estamos todos gagá ¡"Señá" ministra!, que el borrador de la ley circula filtrado por ahí y se lee perfectamente el permiso que otorga el Gobierno a las CC.AA. para "la entrega de todas ellas a la Administración competente para su incorporación al dominio público", por muy cursi, engolado y esdrújulamente zapateriano que quede, es un eufemismo de expropiación" (Artículo 9.3.c, página 14 y Artículo 27 página 29).

Loemos al señor, en España hay uno al que no le van a poder expropiar, porque no tiene casa y veranea donde le apetece haciendo reformas con el dinero público.