miércoles, octubre 26, 2005

NO ES LO MISMO

Estaba más claro que la sopa de un hospicio.
Allá por el mes de febrero, más o menos, nos enteramos de que Jesús del Gran Poder, no el Señor de Sevilla, el que lleva en una requetebesuqueada estampita don Manué al campo para que gane su Betis, sino Jesús del Gran Poder, el Señor de España, ése que obró el milagro en la tarde-noche del 13 de marzo y llevan en estampitas en el PSOE, y aún me barrunto que terminaremos por llevarlo todos los españoles cuando pongan su augusta efigie en todos los billetes de entre 5 y 500 euros, ambos inclusive, -para lo que el Gobierno nombrará una comisión de investigación y un triunvirato de sabios que le pida permiso a Europa y al Banco Central Europeo-; bueno, “vamo ar turrón”... Decíamos que don Jesús Polanco quería una tele en abierto.

Habrían pensado en la Gran Vía que no había suficiente artillería, que esta plaza estaba aún muy entera y que el hecho de copar el espacio hertziano, la superficie impresa y la vía satélite no era suficientemente devastador. Pensarán, digo yo, que los informativos de CNN+ no los ven ni las madres de los presentadores, porque la gente no se aclara a qué hora codifican y a qué hora nos dejan a todos los españolitos asomarnos a los entresijos prisaicos, digo yo, así que, para manipular mejor, mejor emitir todo el día en abierto, y santas pascuas… Que vamos a pedir la licencia, que a ver si José Luis tiene lo que hay que tener para decirnos que no, que vámonos que nos vamos, que ya me le estás llamando, niño, y me le recuerdas el 13M, y a ver si hay o no hay. Y a José Luis le nombran el 13M y le dan los siete males.

Dicho y hecho. Nuestro genio presidencial, al que sólo hay que frotar, o apalear si se es de ERC, para que te conceda los deseos, les dio la tele, La Cuatro la van a llamar, que dicho sea en confianza a mí me han “amolao”, porque en el canal 4 del tele tenemos en casa Canal Sur, si bien es cierto que lo podíamos desintonizar, porque el Tele Chaves es infumable, y es que hasta los partidos del sábado que elige la FORTA son malos... No vamos a coger los buenos, tío, los del “pei per viu” y se enfade Jesús del Gran Poder y entre en el templo con el látigo.

Como la demagogia del Gobierno es infinita, por aquellos entonces, además de negarlo todo tres veces como San Pedro, nos hablaban de que este canal nos traería más pluralidad informativa, y nos decía que por qué el PP quería quitarle a los españoles más televisión, y más pluralidad.
Recuerdo a gente del pueblo aplaudiendo la idea, poniéndoseles los dientes largos y pensando en el bocata de jamón que se iban a cenar todos los martes, miércoles y domingos mientras veían su fútbol gratis.

¡Pues nones!, porque el nuevo canal, La Cuatro, cambia su nombre precisamente para eso, si mantuviera el de Canal+ tendría que emitir el fútbol, porque el contrato de las licencias va por ahí, pero el nuevo nombre les exime de este cumplimiento, y como el Señor de España tiene Canal+ 1, Canal+ 2 y Canal+ 3 emitiendo en su monopolio de la televisión por satélite, el que quiera fútbol, que se lo pague, o que baje al bar de Rafa, el cual, por cierto, tiene que pagar un canon por tener el Digital+ en la tasca.

O sea, no se dejen engañar, no se abre Canal+ al pueblo (siempre ponemos pueblo porque lo de "ciudadanos" es de un facha-pijo que nos repugna), se crea un nuevo canal, no sólo la licencia de emisión, sino un nuevo canal que llevará nuevos contenidos, y ni fútbol, ni Wimbledon, no San Isidro, ni gaitas. Tendremos a Iñaki, no el que levanta piedras, el Perurena, sino al que se inventa terroristas suicidas, Gabilondo.

Llevábamos días dándole vueltas al asunto, lo sabíamos, sabíamos que el cambio de nombre tenía más trampas que una película de chinos y no lo escribimos, ¡lástima!, porque ahora nos podríamos tirar el nardo.
El acierto, confieso, lo vimos revelado, constatado mejor dicho, este domingo cuando durante el partido del Real Madrid con el Valencia los plurales trabajadores “del plus” ponían un cartelito en pantalla en el que se indicaba que quedaban quince días para que Canal+ emitiese a través de Digital+ y nos invitaba a abonarnos.

Ya saben ustedes, “quillo, ponno dó servesita, que invito yo… Y paga mi compare”.