jueves, octubre 20, 2005

DOCTOR HORRORIS CAUSA

Cualquiera que ponga la tele hoy, sea el canal que sea, se encontrará con un entrañable abuelete recibiendo el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Autónoma de Madrid. A muchos se les caerán las lágrimas de la emoción y a otros de la indignación y la incredulidad.
Que le dieran el título a Mario Conde antes de conocer sus económicas fechorías, sea, con todos los riesgos que conlleva el premiar a un banquero; pero dárselo a un señor que ha asesinado durante la Guerra Civil al frente, que no en el frente, del Frente Popular, y precisamente por ser miembro de la Junta de Defensa de Madrid durante dicha guerra, se hace muy duro.

Cualquiera que pase por Paracuellos del Jarama, o vea las fotos de las tumbas, encontrará un increíble parecido con Arlington, por ejemplo, en la forma pero no en el fondo, pues el subsuelo de aquel lugar de Virginia es mausoleo de valientes, de soldados, de profesionales de la muerte -tanto para administrarla como para recibirla-, son soldados y fueron a lo que fueron, quienes los mataron eran soldados y todo ocurrió en el campo de Ares, por una causa, más o menos justa, pero en igualdad de condiciones, frente a un enemigo armado y tan profesional como ellos.

En Paracuellos habrá valientes que morirían sin temblar, hay mártires; hay personas que murieron suplicando, gente normal y corriente, como los que aquí escribimos y los que ésto leéis, como el cartero que dentro de un rato traerá a mi casa los disgustos del banco o el señor que me va a arreglar un vídeo esta tarde. Niños, mujeres y hombres, algunos pecadores por su condición religiosa -clérigo o seglar-, otros delincuentes por ser monárquicos, y la mayoría “fascistas”, muchos no activos, gente con un ideal tradicionalista, en definitiva.
Ellos no eligieron morir y a nadie mataron, no fueron al frente ni estaban en igualdad de condiciones. Ellos fueron asesinados, por orden, entre otros, y con regocijo de Santiago Carrillo. El, hoy lauerado, abuelete entrañable.

Algunos neoconservadores, o liberales, o derechistas, o monárquicos suavizan la postura de Carrillo desde que llegó a España la Democracia. Le reconocen méritos como aceptar la bandera, la monarquía y el cambio, por contribuir a la estabilidad y apoyar la nueva forma de gobierno, la Monarquía Parlamentaria. Que lo diga un chaval de 20 años, me parece hasta romántico, pero que lo digan señores de cincuenta años me deja estupefacto ¿estaba Santiago Carrillo, que lleva viviendo 25 años de tranquilidad gratuita, en condiciones de rechazar nada y de dejar en el aire un sistema que le iba a indultar?
Santiago Carrillo no colaboró con la democracia, porque nunca ha sido demócrata, Santiago Carrillo sólo colaboró con su supervivencia.

Hoy me entero de que acusa a Pío Moa y César Vidal de confidentes franquistas. De Moa no puedo hablar, pero de Vidal… ¿Se cree que Carrillo que todos hacen la misma gala de precocidad que él mismo?
Vidal nació en 1958, deducimos que tuvo que ser confidente con una edad máxima de 17 años, edad ciertamente suficiente si se tiene en cuenta que Carrillo ya militaba en Juventudes Socialistas con 14 años, con 19 ya estaba en la cárcel por golpista, con los mismos 14 años que ingresó en JS ya había sido tocado por la mano mentora de Lenin, con 21 ya conocía el régimen estalinista de primera mano y con 22 era un asesino.

Pensará Carrillo que hay muchos tan advenedizos como Haro Tecglen, por ejemplo, que fue títere y coleguita del Franquismo, mientras duró el dictador, y vocero corifeo, una vez muerto Franco, de las izquierdas desde su columna en el diario El País.

Pero ojo, la culpa de que se hable hoy de este personaje repugnante que es Carrillo, la estrella de Las Cerezas, el hoy Doctor Horroris Causa, no es de él, que al fin y al cabo está cometiendo el humano delito de aparentar lo que no es, de pasar a la historia no como un asesino, sino como un luchador antifascista, un abnegado ciudadano, un libertador, una persona de bien; la culpa la tiene el Gobierno socialista, a manos del Presidente Zapatero, ese señor que quiere saber la verdad cuando está en la oposición, pero una vez en el Gobierno se olvida de ella y la oculta.
Como para gobernar no tiene capacidad, todos los desastres que provoca -todo lo que toca, pues- hay que escondérselos a los españoles de la manera que sea.

Resucitemos así la Guerra Civil, levantemos a los muertos, sólo a los de un bando, naturalmente, póngamoslos sobre la mesa del oprobio, como hicimos con los del 11M y liémonos a muertazos entre los españoles, mientras los nacionalistas remueven la unidad nacional que el Gobierno ha echado en el ácido de su incompetencia y de la traición.

Santiago Carrillo Solares, Doctor Honoris Causa cum laude por su contribución a la ciencia del asesinato.

Descansen en paz los premiados.