martes, mayo 16, 2006

LAS AMISTADES PELIGROSAS

Un nuevo mal se cierne sobre Hispanoamérica, éramos poco y parió Bolivia y ni estamos con el tópico del buen salvaje, ni esto es una novela plastífero-romántica del lugar, ni hay realismo mágico, ni lo real maravilloso, ni puñetas en almíbar; hemos vuelto a la novela del dictador.

Mientras algunos aplauden como locos las locuras de García Márquez y sus orgasmos castristas –olvidando su novela El otoño del patriarca- miran con desprecio a Vargas Llosa, el último en escribir novela de caciques, adelantándose a lo que se avecina le atizaba don Mario al Chino, que en el Perú, pobres, pasaron del Chino al Cholo y ahora se vislumbra a Ollanta Humala –“el guerrero que todo lo ve”-, y andan más perdidos que nuestro solemne Presidente en un cocktail de mandatarios europeos.

De momento el nuevo peligro, ya tangible, viene de Bolivia y no sabemos si por el mal de altura o por la sobredosis de coca al señor Morales –el peligro- le arrean unos tabardillos que deja a sus interlocutores que no hay “emoticonos” en el famoso messenger ™ para representar la cara de aquellos.

En su día se cogió un cabreo como una mona, con perdón de nuestros hermanos en derechos, cuando en una entrevista le preguntaron por cosas que obviamente le tenían que preguntar. En concreto fueron dos las preguntas que desataron la ira –confiésate Evo, no se te vaya a un día la mano con la infusión de hojas y resulte que lo más alto que haya llegado vez alguna tu alma sea, paradojas de la vida, la capital de tu finca-virreinato- la última, cuando tomó las de Villadiego, se quitó el micrófono y dejó al entrevistador como a un personaje de Lina Morgan en una iglesia, fue a propósito de la famosa planta de tan cacareadas virtudes. Debería entender el señor Morales que la cultura occidental vea un peligro en el cultivo extensivo de la hoja de coca, pero, señor Presidente, ¿cómo no vamos a ver un peligro viendo en el estado en que se encuentra usía? Lo que estamos es acongojados. Finamente.

La pregunta anterior, la que más miga tenía, versaba sobre su afición por Chávez y Castro, aunque el entrevistador mejicano, Jorge Ramos, se centró principalmente en el asesino cubano a quien Morales trató de demócrata, a Ramos se le quedó la cara que a Maria Antonieta la última vez que vio brillar algo. Insistió el buen hombre presa de la estupefacción ¿Cuba? ¿Democracia? Para Morales sí, señores, porque Castro viene de la Revolución. Acabáramos.

Revolución es un golpe de estado dado por las izquierdas, civil o militar, da igual cuántos maten, secuestren, torturen, leyes se violen, saqueen, incineren, etc., es legítimo porque para las izquierdas ellos son el pueblo, por tanto ellos detentan la democracia y el medio de llegar al poder es democrático y legítimo. Recordemos el grito de “la voz del pueblo no es ilegal”. España, 13 de marzo de 2004. Esto es democracia y sí, las elecciones fueron muy legítimamente ganadas, faltaría más, como la II República, todo muy legítimo, todo muy legal.

Nuestro Gobierno va haciendo el ridículo por todo el mundo. Sobre los asaltos a las empresas extrajeras en Bolivia y exigencias bancarias es el único Gobierno que no dice ni Pamplona -es más aplauden en el Parlamento Europeo los delirios comunistoides del "cocámano" y futuro déspota- y encima promete pagar victorias electorales y perdonar deudas y hacer regalos y prebendas. Nuestro progresistas se han tirado en los brazos de los amantes más peligrosos, se han dejado llevar por el instinto básico de las izquierdas, flirtean con las “sharon stone” liberticidas, que es lo que a ellos les mola y le pagan los caprichitos con nuestro dinero. Porque dime con quien andas y te diré quién eres.

Y estos nuestros siguen siendo los de 1910, 1931, 1934, 1936 y etc.