martes, noviembre 08, 2005

ÉSTA SÍ, ÉSTA NO, ÉSTA ME GUSTA LA NEGOCIO YO

Nos preguntamos dónde están los trabajadores de IZAR. Ahora, tiempo pasado -la verdad, lo teníamos muy descuidado- caemos en la cuenta de su estrepitoso silencio.

No es el silencio de las víctimas que en los totalitarismos son llevadas hacia el campo de concentración, el silencio de aquellos que no tienen voz porque, como en el bosque cuando cae un árbol, nadie hay para oír y más tarde contar. Es el silencio de los que ya no tienen motivos para hablar. De los que destrozando consiguieron lo que buscaban y buscan ahora no destrozar lo que consiguieron.

Caemos en la cuenta y recordamos ese episodio cuando, ahora, mirando semanas precedentes, recordamos dos huelgas, dos; los transportistas, que dejaron a algunas Comunidades Autónomas desabastecidas, fueron a una huelga indefinida, que se definió rápidamente cuando, apelando al talante, sus justas reivindicaciones se vieron satisfechas por el Gobierno; y la siguiente, no podemos olvidar, la huelga de los pescadores, quienes no se limitaron a bloquear los puertos, sino que nos ofrecieron imágenes tan lamentables como las que nos ofrecían los transportistas franceses cuando arrasaban los camiones de nuestros compatriotas años ha- y que naturalmente también consensuaron, con talante, un acuerdo favorable.

En la cuenta de la anterior “caída en la cuenta", caemos, cuando ayer nos enteramos de que los mineros del sector del carbón, tras dialogar en la calle, con talante, han consensuado con el Ministerio de Industria una solución.

A estas alturas lo millones de ciudadanos manifestados y firmantes de las distintas iniciativas para defender, por ejemplo, el Archivo de Salamanca, o para que no se cerrase la Comisión de Investigación del 11M, o para apoyar a las víctimas del terrorismo que no encumbró al PSOE al Gobierno y pedir que no negocie con ETA, o por el agua para el levante y sudeste de España, o para que no se prostituya la institución del matrimonio y los niños no puedan ser adoptados por parejas constituidas por homosexuales, o para, como ocurrirá el día 12 de noviembre, protestar contra la resurrección de la LOGSE en LOE, y los tres millones de firmas que sobre este particular el Gobierno ni ha mirado, o para pedir, como ocurrió este sábado día 5, por la unidad de España y el respeto a la Constitución no tramitando el Estatuto inconstitucional de Cataluña; se preguntarán si van a tener que con el Gobierno llevanado a cabo protestas, con talante, mediante el único diálogo que entienden Zapatero y Cía., es decir “callejereando”, de callejero, cortanto, "coheteando", de lanzamiento de cohete contra los antidisturbios, volcando, quemando, destrozando, "piqueteando", de amenazar al que sí trabaja y quemarle el chiringuito, camión o medio de trabajo, "salvajeando", de hacer el salvaje arrasando todo, pintarrajeando, molestando, marchando, "barriqueando", como el "no pasarán", etc.

Parece que es el único diálogo que entienden nuestros demócratas en el Gobierno.

Mas, sinceramente, desde aquí no lo recomendamos, pues de la enorme cantidad de iniciativas que en la calle se han llevado a cabo, hasta ahora la única en la que se salió de madre el personal, acabó con las detenciones ilegales de dos concejales del partido de la oposición, señalados por la Cadena SER, incluso se relevó al inspector que llevaba inicialmente el caso porque se negó a realizar las detenciones al no haber pruebas.
Fue en la manifestación para apoyar a las víctimas del terrorismo allá por enero de este año en Madrid. Se salió de madre porque un ministro protagonista, que aquel día no quería ser ministro, sino “título personal”, eso sí con sus ocho guardaespaldas y el fotógrafo del Ministerio al que ese día no representaba para inmortalizar tan feliz evento, fue abucheado e insultado, zarandeado, entre sus guardaespaldas, incluso agredido, “a mí me han pegado” dijo más tarde, a pesar de que ni las cámaras de televisión, ni el atestado policial, ni los testimonios de los guardaespaldas dan fe alguna.

No recomendamos la turbamulta y el “cabestrismo”, de cabestros. No, no recomendamos que se haga lo que se hizo con la complacencia y beneplácito de los que hoy gobiernan, durante el año y pico último de Gobierno del PP, no recomendamos la quema de sedes del PSOE, ni volcar estiércol ante ellas, ni el asalto a El Corte Inglés, ni el robo de jamones, ni las pintadas, ni el lanzamiento de huevos a las fachadas socialistas, ni las amenazas a los militantes del partido en el Gobierno, ni los insultos e intentos de agresión contra sus ministros.

Aunque funcione.